Hoy en día son muchas las personas que acuden a darse un masaje, ya sea para aliviar contracturas, problemas circulatorios, tendinitis, dolores, o simplemente para relajarse, pero de alguna manera, sigue considerándose como un lujo, algo de lo que se puede prescindir. Está claro que no es un bien de primera necesidad como los alimentos, pero ojo, cuando el estrés es alto, y está claro que para casi todos lo es, diferentes males nos acechan y nos miran de reojo.
Por propia experiencia como terapeuta y masajista que soy, me he visto afectada en muchas ocasiones por el estrés, y por el propio trabajo físico que desempeño, y me he visto abocada a recurrir a mis diferentes terapeutas para que me ayuden a aliviar, tanto dolencias físicas, como emocionales. He tenido periodos dónde ha sido tanta la tensión que he acumulado a todos niveles que he tenido que darme un masaje semanal. Recuerdo incluso una ocasión en la que se me inflamó un nervio de Arnold en la cabeza, dando lugar a dolores insoportables que me duraron por más tiempo de un mes, y todo, por tardar demasiado en aliviar mis contracturas, por la consabida falta de tiempo, y ahora reconozco, que falta de responsabilidad por mi misma también. Somos nosotros los responsables de nuestro bienestar, y es cuando aparecen las dolencias, que tomamos partido, cuando ya no podemos más y es ya inevitable hacerlo.
Es importante aprender ( y yo lo aprendí con la experiencia) que no nos podemos dejar para lo último, que reservar aunque sólo sea una hora de masaje para nosotros, nos puede dar un alivio físico, mental y emocional que ni imaginamos, ayudándonos a sobrellevar la carga diaria de nuestros quehaceres, problemas, y preocupaciones que poco a poco se nos van acumulando en el cuerpo, y anudando en el alma. Es importante comprender la importancia que tiene recurrir a profesionales en los que confiemos, en concedernos un momento, en nuestro loco mundo, para hacer una pausa y dejarnos cuidar y mimar.
Un masaje, es una muy buena manera de autoamarnos, de autocuidarnos, de concedernos algo que NO ES UN LUJO, sino una necesidad, como las vacaciones. Que nos va ayudar a tomar oxígeno, y a aliviar nuestro dolor físico…y muchas veces emocional. INVIERTE en tí. Y no te sientas mal por ello. Que nadie te haga creer que es un lujo. Porque cuando descubres el bienestar que a todos los niveles te aporta, harás como yo: nunca más renunciarás a tí.
BENEFICIOS DEL MASAJE
- Alivia dolores y tensiones. Contracturas, lesiones, tendinitis, etc.
- Ayuda a conciliar el sueño. Combaten el insomnio.
- Los aceites en el caso de los masajes ayurvédicos ayudan a nutrir nuestra piel, huesos y articulaciones. Además de múltiples beneficios más.
- Alivian el estrés.
- Suavizan nuestra piel.
- Mejoran el humor, aportan alegría.
- Eliminan toxinas de nuestro organismo.
- Mejoran la circulación de la sangre,
- Fortalecen el sistema inmune.
- Mejoran la barrera de nuestra piel y no solo eso, la embellecen.
Y esto son solo algunos beneficios. Después de leer este artículo, dime, ¿vas a seguir dejándote para después…?